Podemos afirmar que la innovación es una realización motivada desde fuera o dentro de la escuela que tiene la intención de cambio, transformación o mejora de la realidad existente en la cual la actividad creativa entra en juego.
Varios autores han aportado con definiciones de innovación educativa. Entre ellos está Jaume Carbonell (CAÑAL DE LEÓN, 2002: 11-12), quien entiende la innovación educativa como:
Conjunto de ideas, procesos y estrategias, más o menos sistematizados, mediante los cuales se trata de introducir y provocar cambios en las prácticas educativas vigentes.
El principal objetivo de los procesos de innovación es mejorar la calidad de la educación. Es prudente advertir que no debe confundirse innovación con algo que es nuevo, ya que una innovación no es buena por el hecho de ser nueva, sino básicamente porque contribuye de manera diferente, confiable y válida a solucionar problemas educativos o a mejorar quehaceres educativos.
La innovación en educación ha de parecerse más a un proceso de capacitación y potenciación de instituciones educativas y sujetos (docente-estudiante) que a la implantación de nuevos programas, nuevas tecnologías, o inculcación de nuevos términos y concepciones.
Un ámbito decisivo para cualquier proyecto de cambio es el de su puesta en práctica, el de su desarrollo en centros y aulas, y el de su transformación en procesos y resultados de aprendizaje para todos las partes involucradas: profesores, alumnos, expertos, etc. De este modo, hoy constituye un imperativo pensar y decidir sobre el cambio tanto en las fases de su construcción y diseño como en las correspondientes a su implementación, evaluación e institucionalización.
El rol del profesor y su preparación profesional es decisivo en la realización del cambio, así como el papel del grupo de profesores, la función de los directivos, las funciones de apoyo de servicios externos y su organización a nivel regional o local. Sólo una adecuada complementariedad entre todas esas instancias y sujetos parece ofrecer algunas garantías más verosímiles para el éxito de proyectos innovadores.
El uso de tecnologías implica romper paradigmas, los contenidos de los programas de estudio deben revisarse a conciencia para su acoplamiento a los nuevos tiempos.
Pero aún y con todo lo que se pueda comentar entorno al uso de las Tics, siempre está latente la dimensión actitudinal por parte de la plantilla docente, se debe afrontar con responsabilidad y aceptar con humildad las áreas de mejora en el uso y administración de la tecnología.
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